NUESTRO SECTOR AGROALIMENTARIO NUTRE DE LOS MEJORES PRODUCTOS CON CALIDAD Y SEGURIDAD


Son muchas las personas que dan por hecho que la industria agroalimentaria de nuestro país poco menos que funciona sola. Que llevan toda la vida dándonos de comer, produciendo algunos de los mejores alimentos del mundo para que, a diario, podamos disfrutar de la envidiada dieta mediterránea, imitada y consumida cada vez en más países. Que la excelente calidad del producto y la seguridad que ofrecen a los consumidores es algo que va intrínseco en el propio proceso productivo, cuando lo cierto es que es enorme el esfuerzo que realizan los trabajadores del sector día a día.

Por ello, queremos ilustrarte en este artículo sobre el funcionamiento de una cadena de valor tan trascendental en nuestro país, que cuenta con tantos prot      bbgb   agonistas, quienes dan lo mejor de sí mismos y ponen todo su empeño en que los productos finales, al igual que todo el proceso de elaboración, sean del más alto estándar de calidad para todos los consumidores.

La industria agroalimentaria agrupa un conjunto de actividades muy heterogéneas, que van desde la primera transformación de materias primas de origen animal y vegetal hasta la producción de productos sofisticados, como son los alimentos funcionales. Se tiene que tener en cuenta que esta industria también juega un papel esencial como generadora de actividad económica y, consecuentemente, constituyen una fuente fija de empleo. Especialmente en el entorno rural, donde muchas veces permiten alimentar también estas zonas con riqueza y empleo, y evitan lo que ha dado en llamarse la “España vaciada”.

Y un sector, además, que ha ido evolucionando de la mano de la historia de las sociedades y de la realidad de los propios países, pero siempre ha continuado su camino, al ser fundamental como sector estratégico. Es quien asegura el abastecimiento   alimentario de la población y, por lo tanto, su supervivencia. Es lo que hemos podido comprobar en estos tiempos de pandemia, cuando todos lo hemos valorado más al evitar, por ejemplo, que la crisis sanitaria se haya podido transformar en una crisis alimentaria. Todo el sector, comprometido como pocos, no ha parado de trabajar para que no sucediera.

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Una cadena de valor perfectamente engrasada

La cadena agroalimentaria tiene su origen en las explotaciones agrarias y ganaderas, donde nace y crece el producto en las mejores condiciones y con los mejores cuidados posibles. Después, continúa con la industria agroalimentaria transformadora de esos productos, que los prepara para ponerlos a disposición de distribuidores y la red de comercialización, tanto mayorista como minorista. Hasta que por fin están, prestos, dispuestos y a disposición de los consumidores, los alimentos frescos y transformados, con la mayor calidad a lo largo del proceso, la máxima seguridad alimentaria y con todo tipo de control sanitario para que los disfrutemos cada día en cada hogar.

Según datos del informe 2019 del Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo, presentado por Cajamar, Caja Rural y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, durante el año pasado aumentó un 9,1% respecto a 2018 el peso del sector agroalimentario español en la Unión Europea. En cuanto al empleo, el sector, teniendo en cuenta tanto la parte primaria como la transformadora, supone más del 11,5% del empleo nacional en nuestro país. Como aseguraba Eduardo Baamoonde Noche, presidente de Cajamar, durante la presentación de este informe, resulta esencial “constatar la importancia socioeconómica del sector agroalimentario en España, que ha quedado patente durante estos meses de crisis sanitaria. Industria, transporte, logística, sector primario…, además de trabajar de forma profesional, se han comprometido al máximo abasteciendo a toda España y a media Europa”.

Datos que resultan clave de cara a un futuro en el que debemos ser conscientes de los retos que seguirán presentándose, de las dificultades que el sector se puede encontrar. Por ello, los expertos aconsejan poner el foco en los nuevos nichos de mercado que se crearán y en la importancia de la inversión en I+D+I para actualizar las estructuras y continuar garantizando el más alto nivel de producción y servicio nacional.

Y para Javier López, director general de PROVACUNO, la organización que representa a ganaderos e industriales del sector de vacuno de carne, la actual pandemia “debe servirnos para reinventarnos, para ser mejores, para encontrar esos nuevos caminos que nos permitan al sector del vacuno de carne llegar a nuevos y lejanos mercados, mejorar día a día la calidad de nuestro producto y seguir produciendo una carne con la mejor calidad del mundo y con la cadena más segura y sostenible posible. Ese debe ser el camino”.

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