Que un vino corriente no arruine tu mejor chuletón.


Has ido a la carnicería. A la de tu barrio, que sabe cómo las gastas a la hora de elegir carne de vacuno española y tus tamaños preferidos. O a la carnicería gourmet de la que siempre habla tu cuñado cuando haces barbacoa en casa; sí, esa que tiene carne madurada, la que según él le da un sabor “tan pro” al vacuno. O a la gran superficie de turno, después de leer en tus redes sociales que tienen una oferta y unas dimensiones en chuletones que no podrás rechazar. O la has pedido online de una finca muy, muy lejana porque te aseguran que es la mejor que has probado (y probarás) en tu vida.

Ya la tienes. La has guardado en el frigorífico como si de tu mayor tesoro se tratara, a la temperatura que te hemos recomendado. La has preparado como te hemos sugerido, has utilizado los mejores ingredientes, tus mejores utensilios, has sacado las mejores copas para brindar con tus seres queridos… pero se te va olvidado elegir el vino. Craso error. El vino tiene mucho que aportar en tu perfecto chuletón, así que te traemos las mejores recomendaciones para un maridaje a su altura.

¿Por qué un buen maridaje?

El combinar la carne de un excepcional chuletón con un caldo a su altura es algo fundamental que hará que tus bocados se conviertan, sin duda, en inolvidables. Hay que tener en cuenta que el sabor de esta carne 100% criada en nuestro país es único y que no debemos (ni deseamos) opacar, sino sumarle el vino perfecto. Y aquí conviene no cerrarse a ninguna variedad, sino atreverse con nuevas opciones.

Para saberlo, nos hemos ido a preguntar a los que más saben de vino en nuestro país, para que sus aportaciones mariden con las nuestras y el resultado sea como la comida que estamos preparando: espectacular. .

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Un Ribera del Duero o un Rioja?

Así, los expertos de la Denominación de Origen Calificada Rioja, la más antigua y con más sabiduría de cuantas tenemos en España, recomiendan que, para acompañar un chuletón, lo mejor es “regarlo con un vino con historia, paisaje y dedicación. En Rioja contamos con viñedos particulares y expresiones diferentes”. Así, nos invitan a ser atrevidos y “elegir un maridaje diferencial, como un vino de Viñedos Singulares. Eso nos asegura que ese vino que vamos a disfrutar ha sido de una combinación única entre viñedo único, paisaje e identidad. Un paisaje líquido que cuenta la historia del cariño y saber hacer de los bodegueros”. El secreto, nos dicen, es la diversidad del terroir (el terruño, en francés) para acompañar un buen chuletón, con una máxima: “Un vino único para un momento único”.

Desde la Ribera del Duero, Félix González, coordinador enológico de Matarromera, nos ayuda a reflexionar sobre el tipo de carne a utilizar. Y asegura que no es lo mismo un chuletón de una morucha salmantina o avileña que una retinta del Sur español o una tudenca del Norte. “Aquellos que por su edad aún no han acumulado grasa madura, maridarán mejor con un vino tinto estructurado con taninos muy dulces y aromas de fruta negra madura, acompañada por las lactonas de tonos coco y vainilla, por ejemplo, de un vino reserva”. Un vino, nos cuenta, Félix, que mantiene la sedosidad, el esqueleto y gama aromática, perfecto para acompañar carne joven, a una temperatura de unos 14 grados, en una copa de cristal fino tipo borgoña.

 

Muy distinto debe ser el vino que riegue una carne roja madurada, de oscura grasa, cuya intensidad aromática queda mejor acompañada por un vino tinto con larga crianza en barrica y en botella.  En este caso optaríamos por un vino tinto de esqueleto de taninos recios y vivos, y una gama aromática más especiada, proveniente de finas barricas de robles francés. El experto nos recomienda un vino con mayor cuerpo, también a 14 grados y en copa tipo burdeos, con una boca un poco más cerrada “para dirigir de forma más lineal los nítidos aromas del vino: frutas maduras negras del bosque típicas de la variedad tempranillo, finas especias, elegantes ahumados, toques de madera noble, cacao, café, toffee y muchas otras en perfecto equilibro aromático”.

Y una última recomendación: para disfrutar al máximo del maridaje de nuestro majestuoso chuletón, recomendamos abrir la botella unas dos horas antes de comenzar la comida para que el vino se oxigene y se exprese con toda su intensidad. O, en su defecto, al menos decantarlo unos 15 minutos antes de su consumo.

Pese a todo, cada comensal es un mundo y todos tenemos nuestro vino perfecto para acompañar al chuletón. Lo que debemos hacer es disfrutar de nuestra mejor carne de vacuno con un caldo que sume y que agrade, todo lo posible, a nuestro exigente paladar.

 

 

 

 

 

 

 

 

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